Artículos

a black and white photo of a clock tower

Empleo

7 tips para manejar conflictos laborales con inteligencia emocional

Maru Rodríguez

a black and white icon with the word linkeda white circle with the letter f in it

No hay duda de que manejar un conflicto laboral puede ser algo muy desgastante. No importa si se trata de un malentendido con un compañero de trabajo, un roce con el jefe o tensiones dentro del equipo de trabajo. La verdad es que, cuando las emociones se desbordan, la productividad y el bienestar disminuyen notablemente. De allí la importancia de usar la inteligencia emocional como herramienta para salir adelante en situaciones difíciles.

Esto no tiene nada que ver con estar todo el tiempo como si no pasara nada. Al contrario, se trata de reconocer lo que sentimos, entender lo que el otro está viviendo y responder de forma consciente.

En esta nota, te compartimos 7 ideas que pueden ayudarte a aprender a canalizar mejor tus emociones en circunstancias complicadas.

1. Mantén la calma

Puede sonar básico, pero cuando algo nos molesta, lo primero que se activa, es el impulso. El cuerpo se tensa, la mente se acelera y es preferible hacer una pausa, antes de dar una respuesta. Respirar profundo ayuda a que el cerebro vuelva a retomar el control para poder pensar mejor en qué responder en esa situación.

2. Expresa lo que sientes

En lugar de decir “¡tú siempre me interrumpes!”, prueba con algo como “me siento frustrado cuando no termino una idea y ya estamos cambiando a otro tema”. Parece un detalle, pero cambia completamente el tono. Al hablar desde lo que sientes, reduces la resistencia del otro y abres la puerta al diálogo.

3. Escucha más allá de las palabras

¿Te ha pasado que alguien te responde mal y tú solo ves el mal tono, pero no lo que hay detrás? Tal vez esa persona está agotada, estresada o pasó una mala mañana. Escuchar con inteligencia emocional no es solo oír lo que el otro dice, sino tratar de captar lo que no está diciendo. No se trata de justificar, sino de entender con más amplitud.

4. Pregunta en vez de asumir

Muchos conflictos nacen de suposiciones: “seguro lo hizo a propósito”, “ya sé lo que está pensando”, “lo dijo con doble intención”. El problema es que muchas veces estamos equivocados. Por eso es tan importante preguntar con genuino interés para calmar tensiones. ¿Te parece que hubo algo que no manejé bien?”, “¿cómo te sentiste con lo que pasó ayer?”. A veces, con solo abrir la conversación, la perspectiva cambia.

5. Cambia tu tono y tu lenguaje corporal

No es solo lo que dices, es cómo lo dices. Tu postura, tu mirada, el volumen de tu voz, y los gesto, todo eso también comunica. Si estás molesto, hablar más despacio y mantener una postura abierta puede ayudarte a calmarte a ti mismo y al otro.

6. Sé consciente de tu historia personal

Todos tenemos experiencias pasadas que influyen en cómo reaccionamos. Entender de dónde vienen tus emociones te dará más margen para decidir cómo actuar.

7. Acepta que no siempre tendrás la razón

A veces, el conflicto no se resuelve porque estamos más enfocados en ganar la discusión que en encontrar una salida. La inteligencia emocional también implica saber ceder, reconocer que uno puede haberse equivocado o que hay otras formas de ver las cosas. No se trata de perder, sino de crecer. Y a veces eso requiere tragar un poco de orgullo y poner la relación por encima del ego.

¿Te ves reflejado en alguna de estas situaciones? Si es así, no estás solo. Todos hemos transitado ese mismo camino. Lo importante es estar consciente de que es posible cambiar para sentirnos mejor. Recuerda que pasamos muchas horas en el trabajo, por eso, lo ideal es que podamos realizarlo de manera sana, tranquila y armoniosa