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Aprende a negociar tu salario de manera efectiva
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Todo colaborador aspira a recibir una remuneración justa por su trabajo. Por eso, es fundamental aprender a negociar este aspecto con asertividad y profesionalismo. Lo ideal es reflexionar con anticipación sobre cuál sería ese salario con el que te sentirías realmente cómodo, investigar cómo se valora ese puesto en el mercado laboral actual y, a partir de ahí, definir una cifra base para iniciar la conversación con el reclutador. La clave está en tener claridad, estrategia, empatía y valor para poder expresarlo de una manera adecuada.
Antes de levantar el teléfono o de entrar a esa reunión, asegúrate de tener bien claro cuál es el salario con el que estarías conforme, de acuerdo con cómo se está manejando ese perfil en el ámbito laboral. Es recomendable conversar con otros profesionales del mismo rubro y apoyarse en las investigaciones realizadas por empresas como: Glassdoor, entre otras.
Pero no basta con revisar los números, también analiza cuál es tu valor agregado. ¿Qué herramientas manejas? ¿Cuántos idiomas dominas? ¿Qué puedes destacar de tu historia de vida profesional? Escribe estos puntos para que puedas resaltarlos durante la entrevista.
La primera oferta puede cambiar
Muchas veces, al recibir una oferta, el impulso es aceptarla. Especialmente si llevas tiempo buscando empleo o si el proceso ha sido muy largo. Es importante que no actúes de manera impulsiva porque puede ser que, la primera cifra, cambie. Si no te sientes conforme, es mejor que lo expreses y que esperes una nueva respuesta por parte del reclutador.
¿Y qué sucede si no pueden subirte el sueldo? Si el empleo resulta retador para ti, te permite crecer como profesional y es algo que te apasiona, puedes considerar evaluar otros beneficios tales como: días de vacaciones extra, trabajo remoto, bonos anuales, capacitaciones, entre otros.
Por eso, lo que si es importante, es que definas cuáles son las cosas que no son negociables para ti y cuáles podrías estás dispuesto a conversar. A veces, un salario apenas por debajo de lo esperado puede compensarse con condiciones que te permitan mayor calidad de vida.
La importancia de la escucha
Negociar no es solo hablar. Es, sobre todo, escuchar. ¿Por qué te ofrecen esa cifra? ¿Qué limitaciones tienen? ¿Qué valoran especialmente de tu perfil? Cuanto más entiendas del otro lado, mejor podrás argumentar los puntos a tu favor y, por lo tanto, tendrás la posibilidad de generar mayor confianza con el reclutador. Una negociación donde ambas partes se sienten escuchadas no solo suele terminar bien: también sienta las bases para una buena relación futura.
Las emociones son importantes
Es normal sentirse nervioso, tenso o hasta culpable por hablar de dinero. Es una reacción humana, especialmente en culturas donde este tema sigue siendo tabú. La clave está en no dejar que esas emociones decidan por ti, sino en que aprendas a controlarlas.
Algo que funciona muy bien es ensayar lo que quieres decir para poder pulir el discurso y lograr que fluya de manera natural. No se trata de memorizar un guión, sino de estar lo suficientemente cómodo para el momento en el que tengas que hablar sobre el tema.
Recuerda que negociar el salario no es una fórmula exacta, más bien, es todo lo contrario. Por eso, cuanto más claro tengas tu valor, prioridades y límites, más probable es que consigas un acuerdo que te haga sentir bien.
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